Sin hacer referencia a razón, causa o motivo alguno en particular, a través de su cuenta en la red de Twitter -que fue replicado luego en varios chats-, el delegado electoral de Morena en Jalisco, José Narro Céspedes, aseguró que el proceso de selección de sus candidatos “será libre, transparente, honesto y justo donde el pueblo tendrá la oportunidad de decidir quiénes gobernarán”.

En este texto, Narro Céspedes expresó: “Que quede claro, nadie negocia en nuestro nombre, no enviamos a nadie a negociar con persona alguna. Nunca hemos pedido o recibido prebenda alguna a cambio de candidaturas o posición”.

Y luego subrayó: “No nos confundan, no somos iguales y no negociamos nada a espaldas del pueblo. Todas y todos los aspirantes serán medidos en encuestas limpias y transparentes, garantizándoles que sólo las y los mejores posicionados serán elegidos”.

No se sabe bien a bien la razón de estas expresiones en las que aclara que nadie negocia a nombre de la dirigencia de Morena, y niegan que pidan o reciban prebendas a cambio de alguna candidatura o posición, pero seguramente versiones sobre estos supuestos salieron del interior del propio partido, como suele suceder, y coincidentemente la aclaración se hace luego de que circuló una fotografía del propio Narro Céspedes con el doctor Carlos Lomelí Bolaños y comentarios respecto a que éste ya habría “amarrado” la candidatura a la presidencia municipal de Guadalajara.

No dudo que esta obligada aclaración haya sido también porque al interior de Morena ya comienza a “agitarse el avispero” al acercarse el momento de que se conozcan los nombres de los posibles candidatos, luego de que se apliquen las famosas, pero al mismo tiempo cuestionadas, encuestas bajo las que se deciden nombres y apellidos de los elegidos.

Argumenta Narro, como lo han hecho otros dirigentes morenistas en distintos momentos, que “todos los aspirantes serán medidos en encuestas limpias y transparentes”, pero sucede que nadie, al parecer ni siquiera los propios contendientes, conocen estas encuestas, ni cuándo las aplican ni dónde. Eso sólo lo sabe la cúpula de Morena y nadie más. Incluso, tampoco se sabe de alguien que haya sido encuestado sobre estas candidaturas. Muestra de ello es que en varios estados algunos aspirantes que no fueron candidatos se rebelaron y cuestionaron la veracidad de las mediciones.

El cuestionamiento a la veracidad de las encuestas en Morena no es nuevo. Recuérdese la encuesta de la que López Obrador salió candidato presidencial en 2006 sobre Marcelo Ebrard; o más recientemente la que se aplicó en la Ciudad de México y de la que salió candidata Claudia Sheinbaum que le ganó a Ricardo Monreal.

Así es que aquello de que son encuestas “limpias y transparentes”, está por verse. ¿O acaso en Jalisco será diferente y se harán públicas dichas encuestas o, cuando menos, se les mostrarán a los contendientes para que acepten los resultados?

Si bien posiblemente no revelen antes de hacerlo dónde se aplicarán estas encuestas, ¿por qué después de hacerlo y ya conocidos los resultados, no se revelan los datos que confirmen que estas encuestas son reales y que el aspirante electo como candidato fue, efectivamente, por el que la mayoría de los encuestados se pronunció?

Tiene razón Narro cuando aclara que “no nos confundan, no somos iguales”, respecto a los demás partidos; y tiene razón porque cada uno tiene su propia manera de “matar moscas”, como se dice popularmente, pero creo que es más transparente el “dedazo” priista, panista y alfarista, que la “escura” encuesta “democrática” morenista.

Pero ya pronto confirmaremos si realmente el proceso de selección de candidatos dentro de Morena deja a todos contentos, ganadores y perdedores, y convence a éstos últimos de que fueron derrotados en buena lid.

Al tiempo…