Dos años después de convertirse en el primer diputado local “independiente” y uno antes de sufrir su primera derrota como candidato al Senado, Pedro Kumamoto Aguilar escribió -a principios de julio de 2017 en el diario El Financiero, siendo aún diputado sin partido- lo siguiente sobre los partidos políticos:

“Buena parte de construir un nuevo país descansa en la posibilidad de que reconstruyamos, discutamos y reconceptualicemos a los partidos… Aunque parezca contradictorio con el origen de mi candidatura, creo en la idea de los partidos políticos porque pueden funcionar como punto de encuentro para quienes piensan de manera similar respecto a temas importantes para el país…

“Los partidos nacen para eso, para discutir nuestros anhelos, para aglutinar nuestros ideales de país en un solo lugar y para que pueda existir un ente colectivo que se encargue de llevar a cabo dichos intereses (…). Esta enorme crisis no va a mejorar si la sociedad no se involucra en construir un nuevo horizonte para ellos (los partidos políticos) y, por consecuencia, para la sociedad. Por eso es importante que la flojera al pensar en los partidos políticos no nos invada, y la próxima vez que nos hablen sobre ellos aceptemos la invitación, el país depende de ello”.

Entrampado en su sueño de demostrar que se podía formar parte de la clase política de Jalisco sin necesidad de militar en un partido, en este texto Kumamoto Aguilar deslizó lo que posiblemente desde entonces pensaba construir: su propio partido político. Y ante la derrota en 2018, no le quedó otro camino que comenzar de inmediato a trabajar en ello.

Pero este repentino cambio de “independiente” a “partidista” decepcionó a muchos de sus seguidores que decidieron ya no acompañarlo en su nueva aventura y lo dejaron con un puñado de incondicionales que se pusieron a organizar asambleas y recolectar firmas para sumar militantes como lo estipula la legislación electoral.

La tarea no fue fácil ni estuvo ajena a contratiempos que a punto estuvieron de hacer fracturar el proyecto en la primera etapa. Sin embargo, lograron sortearlos con ayudas externas, entre las que sobresaldría la del presidente municipal de Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro, para presuntamente completar las firmas necesarias de militantes y lograr con éxito el número de asambleas obligadas. Ahí se selló el pacto Lemus-Kumamoto que se asegura existe entre ambos.

Y si fue así, entonces Lemus Navarro será arrastrado por un nuevo fracaso de Kumamoto, pues todo indica que el dictamen del IEPC sería en contra de que la asociación civil “Somos un bosque” obtenga su registro como partido político estatal con el nombre de “Futuro Jalisco”, y la causa sería no haber cubierto requisitos en torno a las asambleas.

De concretarse este pronóstico, Pedro Kumamoto y sus compañeros del denominado Wikipolítica habrán aprendido una dura y severa lección: que ser candidato “independiente” o fundar un partido político no es “enchílame otra”.

Y la pregunta que quedará pendiente, en caso de darse lo previsto es: ¿Kumamoto se afiliará o será candidato externo de otro partido político o terminará por “aventar la “toalla” y retirarse de la política?

Al tiempo…