Mucho se ha destacado ya, prácticamente desde el domingo por la noche, que a diferencia de gobiernos anteriores el actual del partido Movimiento Ciudadano rompió la maldición de las intermedias y logró mantener en su poder las mayorías de las presidencias municipales de la zona metropolitana y de las curules en el Congreso del Estado para la próxima Legislatura.

De eso ya no hay ninguna duda porque los resultados difícilmente cambiarán aún si en algunos casos se llegara hasta los tribunales electorales.

Sin embargo, si bien Movimiento Ciudadano ganó las elecciones intermedias, bien vale preguntarse:, ¿el gobernador Enrique Alfaro Ramírez las perdió?

Y no nos referimos a una derrota en las urnas y ante sus adversarios políticos de la oposición, sino al interior de su propio partido Movimiento Ciudadano luego de que el grupo compacto -conformado por aquellos jóvenes que en 2005 renunciaron a las filas del PRI y emprendieron su propio camino hasta llegar a la presidencia municipal de Tlajomulco y de ahí, once años después, obtener el gobierno del Estado-, prácticamente quedó fuera de los espacios de poder tras la renuncia de Ismael del Toro Castro a la candidatura para reelegirse como presidente municipal de Guadalajara.

Ahí, lo dijimos en su momento, se rompió el eslabón de un proyecto que estaba previsto continuara en el estado durante uno o dos sexenios más. Este grupo compacto perdió primero a uno de sus integrantes, Alberto Uribe Camacho, pero logró continuar su camino al haber conseguido en ese momento -2018-, llegar a Casa Jalisco. El propósito era seguir ahí de inquilinos en 2024 y de ser posible otros seis años más después del 2030. Pero eso no se logró con la salida de Del Toro.

La derrota de Alfaro Ramírez en estas elecciones intermedias podría darse frente a grupos empresariales comandados por la Coparmex que hoy se han hecho de las presidencias municipales de Guadalajara y Zapopan, que además lograron colocar a varios de sus integrantes como candidatos y que llegarán a la Cámara de Diputados como parte de la próxima legislatura federal, comandados por Manuel Herrera Vega, ex presidente nacional de la Concamin, y quienes no tienen ninguna liga que los “amarre” al grupo político del gobernador, pero sí al del sector empresarial del que forman parte y del que han presidido diversos organismos cúpula.

Como en su momento lo hizo el grupo compacto de ex priistas, ahora este grupo empresarial utilizó al partido Movimiento Ciudadano como vehículo para acceder a espacios de poder y desde ahí podrían operar para ganar más terreno no sólo en Jalisco sino en otros estados del país. No creo que les cueste mucho trabajo ganarse la voluntad del dueño de MC, el senador Dante Delgado Rannauro, a quien también hay que observar para ver qué tanto continúa comprometido con el Grupo Jalisco ahora que ha perdido fuerza para proseguir con el proyecto político que iniciaron en 2009. Y es que de ese grupo original, políticamente en activo se mantienen sólo Clemente Castañeda como dirigente nacional -y quien regresará a su escaño en el Senado- y el propio Alfaro Ramírez.

Tampoco hay que perder de vista que con la llegada de Samuel García a la gubernatura de Nuevo León y de Luis Donaldo Colosio a la presidencia municipal de Monterrey, se podría consolidar en aquella otra región un nuevo equipo naranja del que seguramente estará muy atento y con el que trabajará muy de cerca Dante Delgado y no tanto Enrique Alfaro. Y es que este es otro ángulo que no hay que perder de vista: ¿hasta dónde estará apostando Dante por Alfaro, cuando éste al parecer ha sido acotado por Palacio Nacional para continuar con su postura de enfrentamiento que le atrajo los reflectores nacionales? Además, el bloque de gobernadores rebeldes integrados en la Alianza Federalista, de la que Alfaro era uno de sus principales líderes, prácticamente se ha desinflado y dejado de ser el escaparate nacional.

Y es que al ganar terreno en otras regiones y entidades del país, como en el norte con Nuevo León y en el sur con Campeche, si no se viene abajo lo obtenido al haber estado a “una nariz” de ganar la gubernatura, Dante y Movimiento Ciudadano no estarán ya supeditados y atenidos únicamente a los votos que le da Jalisco, no obstante que aún en esta elección el emecismo jalisciense le aportó un gran número de votos que se reflejó en que los siete diputados federales que llegarán a San Lázaro por la vía de la mayoría relativa son de Jalisco.

Esto podría ser también parte de una derrota de Enrique Alfaro en las intermedias.

Todo será cuestión de dejar correr el tiempo, que los ganadores de Movimiento Ciudadano se acomoden en los espacios que ganaron el pasado domingo seis para saber cómo se moverán las fichas en el tablero naranja; cuál será el manejo de Dante Delgado en lo particular ante el escenario positivo que enfrenta su partido con nuevos espacios ganados en otras zonas del país, y hasta dónde y con qué recompensará al emecismo jalisciense por el servicios prestados.

Pero sin duda todo dependerá de que las cosas sucedan como están planeadas, que no se encuentren con la sorpresa de que las elecciones en Nuevo León fueron anuladas -por la presunta no declaración de gastos de campaña de Samuel García-; de que Enrique Alfaro se mantenga como su principal activo en el país; y de que se consoliden y maduren los nuevos perfiles que hoy llegaron al poder bajo las siglas de Movimiento Ciudadano.

De esto y quizás mucho más, dependerá que Enrique Alfararo pierda o no las intermedias… dentro de su propio partido.

Al tiempo…