Cuando en materia de pandemia Jalisco está en “semáforo verde”, el coordinador de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano, Gerardo Quirino Velázquez, se “sacó de la manga” una “medida sanitaria” en contra del Covid-19 y decidió imponer a los diputados de oposición un “tapabocas” forzoso para evitar que hagan uso de la palabra en tribuna, ya sea presentando iniciativas -que es la naturaleza de su labor- o sobre asuntos generales, básico en la responsabilidad del Poder Legislativo para ser un contrapeso del Ejecutivo.

Por supuesto que contó con la complicidad de su compañera Claudia Murguía, coordinadora de la bancada de Acción Nacional -que amenaza, nada de qué extrañarse, con convertirse otra vez en extensión de la fracción naranja-, y de la única diputada del partido Verde Ecologista, Erika Ramírez, sobre quien siempre estará la sospecha de que tome en el futuro el mismo camino de su antecesora de la LXII Legislatura y termine arrojándose a los brazos de Movimiento Ciudadano.

¿En qué parte del mundo se aplica la “ley mordaza” a los diputados en el mismísimo recinto legislativo? Sólo donde gobierna un dictador… si es que hubiese diputados de oposición.

Obviamente que quienes se manifestaron en contra de esta ridícula y absurda decisión fueron los diputados que a menos en el arranque de la nueva Legislatura prometen asumir su papel de verdadera oposición: José María Martínez, Hugo Contreras, Mara Robles y Susana de la Rosa, coordinadores parlamentarios de Morena, del PRI, de Hagamos y de Futuro, respectivamente.

Mara Robles fue enfática al señalar que esta decisión “es política” y agregó: “Creo que evidentemente de lo que se trata es de coartar el derecho de las diputadas y los diputados a presentar sus iniciativas desde la tribuna (…). La existencia de puntos generales precisamente es lo que permite tomar posición sobre asuntos coyunturales de urgente y obvia resolución. Entonces yo creo que el asunto es político y no sanitario”.

Por su parte, el priista Hugo Contreras advirtió que “renunciar al derecho que los diputados tenemos para hacer uso de la tribuna, no podemos hacerlo… Nuestra postura será, firme y categórica, de hacer uso de la tribuna. Es un derecho que está ahí en la propia ley”. Y luego declaró a los reporteros: “Es lamentable, es decepcionante, es una tristeza ver que le quieran quitar el derecho a los diputados de hacer uso de la tribuna. Que la sociedad sepa quién se maneja de una manera: dice una cosa públicamente, pero en lo oscurito quiere hacer otra, y nosotros no lo vamos a permitir”.

¿A qué le tienen miedo los diputados de Movimiento Ciudadano? ¿Por qué el pánico a que la oposición crítica haga uso de la palabra en el recinto ex profeso? ¿Por qué los legisladores del PAN y del Verde Ecologista insisten en renunciar a su papel de oposición y prefieren protagonizar el de simples comparsas, en espera de conseguir míseras ganancias en el futuro, emulando a quienes les precedieron?

¿Acaso los diputados emecistas prefieren callar, amordazar a la oposición, ante la incapacidad de esgrimir argumentos con qué refutarles? ¿A ese extremo han llegado los diputados del partido del gobierno? ¿Acaso esa fue la instrucción que recibieron del Ejecutivo? ¿A ese grado han llegado, de declararse discursivamente derrotados?

Ojalá y los diputados de la verdadera oposición hagan valer su derecho a hablas desde la tribuna y no se sometan a los caprichos de quienes están llamados a convertirse, como sus antecesores, en simples empleados del Ejecutivo.

Y si no, al tiempo…