Julio César Hernández
Que nadie se haga el desentendido ante lo que para algunos fue un regaño del presidente Felipe Calderón cuando se refirió a los recursos que en la entidad se dejaron ir para la ejecución del BRT o Macrobús.
Todos, incluidos aquellos que se quieren “colgar” del decir presidencial, son responsables del fracaso de este medio de transporte.
Panistas y priistas, en el gobierno y en la oposición, partidizaron en campaña este tema del transporte y generaron molestia e irritación entre la ciudadanía que se manifestó en contra. Más adelante, la tosudez de las autoridades estatales por imponer la ruta 2 del Macrobús y la terquedad de los alcaldes priistas metropolitanos por defender su promesa de campaña de impulsar la Línea 3 del Tren Ligero, llevaron a que se perdieran los recursos destinados para aquel proyecto.
El gobierno panista fue incapaz de cabildear, de dialogar con los nuevos gobiernos priistas, quizás apostándole a que bastaba ser la autoridad estatal, mientras que los munícipes metropolitanos hicieron “oídos sordos” ante el apoyo ciudadano manifestado en las calles, ya sea con manifestaciones o calcomanías en contra del Macrobús.
Inclusive, ni siquiera los empresarios lograron con éxito asumir el papel de mediadores entre ambas partes, pues abiertamente se colocaron del lado del gobierno estatal, recriminándole a los alcaldes se mantuvieran “cerrados” a la propuesta del Ejecutivo estatal.
Así, pues, que las palabras de Felipe Calderón no sirvan para lanzar culpas sobre el fracaso de sacar adelante una nueva línea de transporte público y de perder no pocos miles de millones de pesos que estaban destinados a esta obra.
Todos son culpables, así de sencillo.