Julio César Hernández
Después de lo que sucedió en torno al escándalo por el “Caso Corona” en el Congreso del Estado, la pregunta para el dirigente obrero Alfredo Barba Hernández era obligada:
– ¿Tiene Alfredo Barba el control de los ocho diputados que apoyaron con todo a Carlos Corona?
La reacción fue inmediata:
– ¡Nombre! ¡Para nada! ¡Me ofende esa pregunta, me ofende! Y ofende también… pues porque también ofendemos la dignidad…
– Pero así se maneja la política…
– Bueno, son nuestros amigos. No nada más los ocho… ¡los 39 diputados son mis amigos! ¡Todos son mis amigos! Y las decisiones ellos las toman ahí, toman sus acuerdos. Yo no soy diputado, te digo, ni soy el presidente del partido. Soy un militante más.
“Y que algunos compañeros, como dos compañeros que son de la organización, claro que platicamnos de algunos temas… dos compañeros que son de nuestra organización. Y yo les doy mi punto de vista, pero ¡hasta ahí! Los demás compañeros, ni intervengo en sus decisiones, aunque son mis amigos en lo personal ¡todos! ¡de todos los partidos!”.
– ¿No está en su proyecto, o en su papel, ser el gran “decididor” en el Congreso?
– ¡Nombre! ¡Para nada! ¡En lo absoluto! ¡No, no, no! Ya con lo que tengo basta y sobra, ¿eh?
– El que crean que Alfredo Barba tiene ese poder, ¿es real, es verdad, o lo están sobredimensionando?
– Yo creo que se está sobredimensionando, porque Alfredo Barba sigue siendo el mismo: una gente trabajadora que está haciendo por sus trabajadores, que está viendo la problemática que existe del desempleo y tratando que nuestra organización se fortalezca, recorriendo el estado… ¡y nada más!
– ¿No le incomodan todas estas cosas que se dicen acerca de usted?
Bueno, desde luego que yo aprecio mucho lo que digan de mí. esta es la primera persona que me lo dice, yo no he escuchado nada en lo personal ni al oído ni he leído nada en la prensa. Pero claro que me da una satisfacción, pero nada más. Hasta ahí.
Apenas se apagó la grabadora, se acerca la famosa “Güera”, con sus dos manos toma la de Alfredo Barba y prácticamente grita:
“¡Yoyo, trompo y balero…! ¡Yoyo, trompo y balero…! ¡Y el Güero Barba, será el primero!”.