Julio César Hernández
Estoy de acuerdo en que nuestros políticos no siempre toman las mejores decisiones o que éstas no siempre sean en función del bienestar ciudadano, pero ¿alguien puede creer que 40 diputados se hayan equivocado al reelegir a Alonso Godoy Pelayo al frente de la Auditoría Superior del Estado?
¿Es posible que su reelección se haya efectuado única y exclusivamente para que les solapara sus corruptelas o irregularidades en el manejo de los recursos públicos? ¿Y será posible que nadie se haya dado cuenta de nada sino hasta ahora que la Auditoría da a conocer las Cuentas Públicas de las pasadas administraciones panistas donde hubo integrantes de la oposición que solaparon o fueron cómplices de esas irregularidades que terminan ahora en cargos millonarios en contra de los ex alcaldes?
Digo, porque sería tanto como poner “la iglesia en manos de Lutero” o, bien, que al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos hubiesen designado a un torturador o en el Instituto Electoral del Estado a un “mapache”, ¿no? Creo que la desfachatez no ha llegado a tanto.
La campaña emprendida en contra de Godoy Pelayo sin ofrecer prueba alguna de corrupción o de haber cometido un ilícito y todo quedar en simples presunciones o interpretaciones a modo, no tiene otra explicación que el que su origen pueda estar en alguien que tiene miedo a lo que surja de las auditorías que se llevan a cabo… o que ya se efectuaron.
Y, claro, habrá interesados en “colgarse” del tema porque les da ganancia de pescador.
Pero repito: nadie de los que hoy quieren “quemar” a Godoy Pelayo en leña verde o pretende colocarlo en el patíbulo ha dicho algo de los funcionarios que hoy trabajan en el Congreso y que tienen claros antecedentes de corrupción, razón por el que uno fue encarcelado y el otro cesado de manera fulminante.
¿No se le hace extraño que se hagan los occisos y toda la “metralla” la dirijan en contra de quien quizás les encontró algunas anomalías que podría terminar con las aspiraciones políticas de quien o quienes han tomado la bandera en su contra?
Y en esta campaña hay “mala leche”. Ya lo comentaremos.