Aunque difícilmente reconocerá que lo emitido el pasado domingo seis fue mayoritariamente un voto antiAmlo, antilópezobradorista o anti4T -como gusten llamarlo-, y no tanto un refrendo a los gobiernos de Movimiento Ciudadano, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez parece haberse envalentonado nuevamente y hace sonar los “tambores de guerra” en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador como lo hiciera en 2018 antes de asumir la gubernatura y posteriormente ya en el ejercicio del poder.

Y es que así lo anunció, con un juego de palabras, en la entrevista que concedió al periódico Mural y que publicó en su edición de ayer, donde afirmó que con el resultado electoral “les tapamos la boca en esta elección” a quienes, según él, “quieren hacer ver que el gobierno de Jalisco como un gobierno que no avanza, que no construye y que no resuelve”.

Por primera vez le puso calificativo a las diferencias que ha reconocido en otras ocasiones tiene con López Obrador: “profundas”, las llamó. Y a diferencia de las veces que ha dicho lo anterior, ahora no agregó un “yo lo respeto” para aminorar el sentido o tono beligerante con que pudieran interpretarse sus declaraciones. En esta ocasión lo omitió.

Y ahora, ante el fracaso de la otrora Alianza Federalista de la que formó parte y fue uno de sus principales líderes, Alfaro Ramírez se pronunció por la integración de otro bloque de gobernadores que, aclaró, no tendría como objetivo pelear con el presidente ni descarrilar a la 4T. Explicó: “Un bloque de esta naturaleza tiene que ser para defender a nuestros estados y para defender el pacto federal. Si lo convertimos en un bloque antipresidente -acotó-, me parece que estaríamos fallando, Hoy nosotros tenemos que actuar como gobernadores, no como líderes de oposición del país”.

Sin embargo, en la misma entrevista sus propias palabras lo contradicen, pues advirtió que en el 2024 “yo voy a estar en la primera línea de batalla para evitar que este proyecto de país que nos está llevando al barranco, continúe…”. No se necesita ser un genio para entender que, sin decirlo explícitamente, Alfaro Ramírez se apunta para ser candidato presidencial, aunque él mismo pretendió matizarlo al decir que “no tengo ni sueños guajiros ni aspiraciones de ningún tipo”.

Sólo recordemos que en su momento dijo no aspirar a ser candidato a presidente municipal de Guadalajara y luego que no tenía en su mente ser candidato a la gubernatura. Y ya vimos lo que vino después. El Mandatario estatal engaña con la verdad.

Pero es de sobra entendible que la lucha de Enrique Alfaro “para evitar que este proyecto de país que nos está llevando al barranco, continúe”, no comenzará en el 2024, cuando habrá de definirse quién será el sucesor de López Obrador, sino que la retomará ya, en este 2021, pasadas las elecciones y tras confirmar que mantuvo Jalisco en su poder. Y sin duda uno de los primero pasos que dará será la reconformación del bloque de gobernadores de la oposición en el que buscará incluir a quienes fueron electos el domingo seis.

Y se “curó de salud” al decir que dicho bloque de gobernadores corría el riesgo de que el gobierno federal responda con golpeteo político, del que de inmediato quiso deslindar -no sin un dejo de ironía- a López Obrador:

“Yo no creo que él (Amlo) sea capaz de hacer ese tipo de cosas, de lastimar así, por un afán político. Pero alrededor de él hay muchos personajes inmorales, ambiciosos y vulgares, dispuestos a todo para mantener el poder. Claro de que hay un riesgo de que se use el poder central para golpear políticamente, pero, ante ese riesgo, lo que hay que hacer es actuar con dignidad y con firmeza, no podemos agachar la cabeza”.

Alfaro eligió a su periódico favorito -perteneciente al Grupo Reforma al que el presidente no deja de criticarlo todos los días-, para reaparecer públicamente después de las elecciones y mandarle un mensaje al presidente López Obrador y a su equipo de colaboradores. Negar que eso sea cierto sería muy ingenuo.

Habrá que esperar, pues, qué escenario político se conformará cuando las aguas postelectorales se asienten, pero, por lo pronto, desde Jalisco vuelve a sonar los “tambores de guerra” con un sólo destino: Palacio Nacional.

Y si no, al tiempo…