La semana anterior, Marcelo Ebrard Casaubón reveló que el lunes pasado haría pública la propuesta, ya afinada, que haría llegar a la dirigencia nacional y al Consejo Nacional de Morena para el proceso de selección del candidato presidencial, a fin de que fuera tomado en cuenta para la sesión del Consejo; el lunes por la mañana informó que el partido le había solicitado que pospusiera para el día siguiente -martes- su anuncio. Ese mismo lunes, trascendió que Ebrard había sido llamado a Palacio Nacional para entrevistarse con López Obrador, al tiempo de que se difundía que de última hora el presidente de la República se reuniría ese día por la noche con los aspirantes a la candidatura presidencial y los gobernadores morenistas.

Al día siguiente, el martes, Marcelo Ebrard se presentó con su equipo y seguidores no para presentar su propuesta -que apenas si mencionó y ya de manera recortada, pues no mencionó los debates-, sino para anunciar -sorpresivamente- que renunciaba como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores a partir del lunes 12, un día después de que se celebre el Consejo Nacional de Morena en el que se definirán y se aprobarán las reglas del juego para los contendientes por la candidatura a la presidencia, y con ello colocaba contra la pared a Claudia Sheinbaum y a Adán Augusto López Hernández, a quienes sorprendió la decisión de su compañero de gabinete.

Sin duda el presidente López Obrador sabía que Ebrard renunciaría, y tan sabía que se aseguró que él mismo les dijo a todos los aspirantes que si querían participar en la encuesta, deberían de renunciar antes a sus cargos. Claudia y Adán Augusto, seguro lo harán después del domingo, aunque aún se duda de que López Hernández pueda o no bajarse de la contienda, al igual que Ricardo Monreal, Manuel Velasco, del Verde Ecologista, y Gerardo Fernández Noroña, del PT, para dejar solos a Sheinbaum y Ebrard en la contienda. Será cosa de tiempo.

¿Qué sucederá con Marcelo Ebrard después de celebrarse el Consejo Nacional, el próximo domingo? Es la gran incógnita que se cierne en torno al aún secretario de Relaciones Exteriores. ¿Aceptará las reglas del juego o se rebelará a ellas? ¿Negociará aquellas con las que no esté de acuerdo o irá al todo o nada? De ser esto último, ¿llegará al rompimiento con Morena y la 4T o terminará por someterse a las decisiones presidenciales? Aquí caben todas las especulaciones, pero para prever lo que puede suceder se recurre a un argumento bastante convincente: si no es ahora, Ebrard ya no tendrá otra oportunidad en su vida para ser candidato y, posiblemente, presidente de la República.

De ganar la encuesta, lo menos que se podrá decir de Marcelo Ebrard es que el presidente López Obrador le cumplió, después de que en 2012 se “bajó” y aceptó hacerse a un lado para que Andrés Manuel fuera el candidato, aunque perdió ante Enrique Peña Nieto.

¿Y si no gana la susodicha encuesta? ¿Acatará el resultado o romperá con el movimiento y buscará ser candidato de otro(s) partido(s)? Si es lo primero, nada se le reprochará y se le considerará un “soldado del presidente” y un hombre leal a la cuarta transformación. De ser lo segundo, tendrá que revisar bien la Ley Electoral para que no le suceda lo del 2015 cuando participó en dos procesos internos en partidos diferentes -PRD y MC-, y quedó impedido para ser diputado federal. Después vino el exilio forzoso.

Frente a la experiencia del 2015, y sabedores de que no está en el ánimo presidencial, ya se dibuja el siguiente escenario para Marcelo Ebrard: 1. No participa en la contienda interna de Morena; 2. Se convierte en candidato de Movimiento Ciudadano, con un invitado extra: el Partido del Trabajo, con cuyo presidente-dueño, Alfredo Anaya, tiene una vieja amistad, al igual que con Dante Delgado. A ellos se le sumaría una docena, aproximadamente, de diputados federales del partido Verde Ecologista, encabezados por Javier López Casarín. El resto de los verde-ecologistas se la jugarán con Sheinbaum.

Este escenario de rompimiento, como también el que asegura que no será capaz de romper con el presidente López Obrador, es lo que convierten a Marcelo Ebrard en una incógnita.

Al tiempo…